Jorge Luis Borges describió Mallorca como un lugar "parecido a la felicidad", y esta isla, la más grande de las Baleares, refleja esa sensación de diversas maneras, a través de sus paisajes, aromas y colores. Su costa, con más de 300 playas y calas, se caracteriza por un agua cristalina que cambia de tonalidad con cada rayo de sol. Es un verdadero microcosmos playero, donde se encuentran algunas de las 25 mejores playas de España y aquí te recomendamos algunas para disfrutar tu estadía al máximo.
Cala Agulla, rodeada de pinos y montañas, ofrece aguas cristalinas de tonos azul claro, en un entorno idílico. Junto a Cala Mesquida, está protegida como Área Natural de Especial Interés (ANEI) y Lugar de Interés Comunitario (LIC). Aunque se encuentra en las afueras del popular complejo turístico de Cala Ratjada, en el extremo oriental de Mallorca, durante agosto se convierte en el lugar perfecto para iniciar o continuar la fiesta. Sin embargo, no es recomendada para quienes busquen una playa tranquila y solitaria.
A pesar de la proximidad de Portals Nous y Portals Vells a Palma, que a menudo se consideran áreas masificadas, la cala del Mago desmiente ese mito. Rodeada de acantilados y vegetación exuberante, esta cala ofrece belleza natural y tranquilidad. Sus aguas cristalinas albergan arrecifes de coral, peces coloridos y algas, convirtiéndola en un lugar ideal para el snorkel. Además, su aislamiento del bullicio y el viento, junto con la oferta de servicios, la hacen perfecta para desconectar sin renunciar a las comodidades de las playas más populares de la isla.
Esta cala es ideal para quienes prefieren evitar las multitudes, ya que se encuentra en la costa este, cerca de Calas de Mallorca, y es de difícil acceso. La mejor manera de llegar es en embarcación, aunque también se puede acceder a pie o en bicicleta. Sus aguas turquesas y fina arena blanca, probablemente las más espectaculares de Mallorca, junto con la tranquilidad del entorno, la convierten en un lugar único. Además, es famosa por albergar uno de los mayores conjuntos de cuevas submarinas de Europa, un verdadero paraíso para los amantes del buceo y el snorkel. Desde allí, un corto sendero lleva a Es Caló Blanc, donde se encuentra un impresionante arco rocoso natural.
Sa Calobra es una playa única, accesible a través de una de las carreteras más impresionantes de España, que serpentea a través de casi 900 metros de desnivel. Al llegar, encontrarás dos playas en una. La primera es la cala de Sa Calobra, pero si sigues un tranquilo sendero y atraviesas una cueva, llegarás al Torrent de Pareis, una playa de guijarros rodeada por la majestuosa sierra de Tramontana. Este espectacular enclave parece sacado de una novela de Julio Verne, abriendo un deslumbrante vistazo al azul del Mediterráneo.
La Catedral de Santa María, conocida como La Seu, es uno de los monumentos más emblemáticos de Palma de Mallorca. Esta iglesia de estilo gótico levantino fue construida en 1229 y es el templo más importante de las Islas Baleares. Destaca por su imponente tamaño, con una bóveda que alcanza los 45 metros de altura, y por su rosetón de 13 metros de diámetro, el mayor de estilo gótico del mundo. Sus numerosos ventanales inundan el interior de luz y color. Según la leyenda, el rey Jaume I prometió construirla en agradecimiento a Santa María por haber sobrevivido a un fuerte temporal durante su travesía hacia Mallorca. Tras la conquista, el rey derribó una antigua mezquita para erigir este grandioso templo.
El Palacio Real de la Almudaina, ubicado junto a la catedral de Palma de Mallorca, es otro de los monumentos imprescindibles de la ciudad. Con orígenes en el siglo X, durante la dominación musulmana, el palacio fue transformado en una residencia cristiana de estilo gótico durante el reino de Mallorca. Hoy en día, es la residencia de verano de la Familia Real Española.
El palacio se puede visitar de martes a domingo de 10h a 18h, y al cruzar sus murallas se accede a S'Hort del Rei, que conecta con diversas estancias reales y salas comunes, decoradas con muebles, pinturas y tapices de la época. Desde la terraza, los visitantes pueden disfrutar de vistas espectaculares del paseo marítimo y del Castillo de Bellver en el horizonte.
Sa Llotja, uno de los edificios más emblemáticos de Palma de Mallorca, fue construido en 1426 como un centro de reunión para los mercaderes, en plena época de auge del puerto de la ciudad. Su interior cuenta con tres naves de igual altura, separadas por seis columnas helicoidales sin capitel, un diseño que sirvió de inspiración para la lonja de Valencia, la iglesia de Santiago de Villena y las torres de San Giorgio en Nápoles.
Este histórico espacio acoge diversas exposiciones durante todo el año y está abierto al público de martes a domingo, en horario de 10:30h a 13:30h y de 17:30h a 21h.
La Plaza Mayor de Palma de Mallorca se encuentra en el antiguo convento de San Felipe Neri, en el centro de la ciudad. De planta rectangular, está rodeada por un perímetro porticado con edificios de tres o cuatro pisos. Su diseño recuerda a la Plaza Mayor de Madrid, con soportales y fachadas de edificios con contraventanas verdes.
Este animado espacio está lleno de cafeterías y terrazas, perfectas para hacer una pausa. Un dato interesante es que, hasta 1823, la plaza fue la sede de la Inquisición, antes de que se derribara el edificio que la albergaba.